Cuaderno marginal de la discapacidad de Proyecto Abedul.

 

Relato de la experiencia de una persona con gran discapacidad
en una entrevista de trabajo.

Tengo una minusvalía de mas de 75% por distrofia muscular y Uso silla de ruedas ya que no puedo caminar por mi enfermedad. Una agencia de colocación de personas con minusvalías me llamo para presentarme a una entrevista de trabajo en una empresa. Tardé en llegar una hora y cuarenta y cinco minutos desde mi casa a la empresa, que estaba en la otra punta de la ciudad, teniendo que coger tres autobuses. Todo ello a las 11 de la mañana, por lo que casi no había público ni coches por las calles, pues si hubiesen sido las 8 de la mañana o las 7 de la tarde, hubiera tardado en llegar mas de dos horas.

Al llegar me dicen que es para un puesto de trabajo en una centralita telefónica para información al publico de una conocida empresa, pero que el puesto de trabajo iba a desarrollarse en el CEE, que estaba en un lugar diferente al de la empresa, es decir que en esa empresa ni los trabajadores ni los clientes iban nunca a relacionarse ni conocer a las mas de diez personas con discapacidad que desarrollarían ese trabajo.

Eso de entrada, me sonó a cierta exclusión porque me pareció un sistema de trabajo que lejos de fomentar la integración laboral, parece un sistema en el que se asimila y se acepta nuestro aislamiento, metiéndonos a todos los discapacitados juntos, en un lugar donde no se nos ve y donde no tengamos ni tenga nadie relación con nosotros, lejos de todo contacto visual con el público y con los compañeros de esa empresa.

Después les comenté mi problema de movilidad y lo que había tardado desde mi casa a la entrevista, explicándoles que con mi enfermedad no podría hacer ese recorrido todos los días tardando ese tiempo y en horarios punta, pues todo ello sería complicado. Por lo que necesitaría solicitar un servicio especial de transporte laboral para estos casos, a lo que me respondieron que eso no podían solucionármelo, que ese es un problema a parte que yo mismo debería de resolver, algo que el resto de compañeros con discapacidad que estaban allí, al parecer no tenían porque excepto otro como yo, pero al que llevaban sus familiares en un coche particular, nadie utilizaba silla de ruedas, y mal que bien, caminaban y subían escaleras como para viajar en metro o de cualquier modo sin mis dificultades.

Así que, de este modo ni aunque me hubiese parecido el trabajo mas maravilloso del mundo, lo hubiese podido aceptar, pues además ni ellos mismos me insinuaron su interés tras la exposición de mis dificultades de movilidad.

Luego me dijeron que me iban a llamar para otro puesto en el que me pudieran solucionar el problema de transporte, pero nunca lo han hecho pues siempre les será mas fácil coger a otro discapacitado que no tenga ese problema, y a los que estamos como yo dejarnos siempre en el olvido, en el silencio, en la exclusión.

Para colmo, al salir me recriminaron el hecho de utilizar la puerta principal de entrada del edificio de oficinas, la misma por la que entré, insistiéndome en que con mi silla de ruedas debo de salir por otra puerta, situada en otra parte del edificio y no por esa, cosa que no comprendo cuando pude entrar bien al ser amplia y espaciosa.

¿A caso no soy una persona como los demás por ir en una silla de ruedas? ¿O acaso en esas oficinas los discapacitados que allí trabajen deben de salir por otra puerta como se obligó a los ciudadanos de color en las épocas del aparheid?

 
¡¡Bonita forma de crear puestos de trabajo para discapacitados!!

 

Proyecto Abedul - 2007. (Actualizado en 2012).