Cuaderno marginal de la discapacidad de Proyecto Abedul.

 

Experiencias:
Deficiencias en la venta y diseño de viviendas nuevas para personas con silla de ruedas.
Una persona que utiliza silla de ruedas encuentra dificultades para comprar vivienda,
padeciendo gran desatención y discriminación durante su período de búsqueda.
Una vez terminada la obra, cuando va a visitarla por primera vez
comprueba que las ventanas son altas e inaccesibles.

Utilizo silla de ruedas para desplazarme y hace seis años me propuse comprar una vivienda adaptada para mi situación. Estuve visitando varias agencias inmobiliarias y empresas de construcción. Al principio comencé a ir sola a dichos lugares para informarme, pero encontraba muchos problemas y discriminación. En algunos lugares notaba que ya de entrada no me escuchaban ni me atendían debidamente y miraban mas mi silla y aspecto que lo que les estaba diciendo, sintiendo una sensación de que no me tomaban en serio. Quedaban pendientes de enviarme información a casa y al final observaba que el tiempo pasaba y no recibía dicha información.

En otras ocasiones, llegaba a una oficina de ventas junto a la misma obra donde estaban construyendo las viviendas, y no podía entrar porque estaba llena de escalones y me tenían que atender en la calle, con prisa, como de compromiso, observando que no me hacían caso y a lo mas me daban un folleto informativo de prisa y corriendo para que me fuera.

Después de llevar tiempo con estas malas experiencias decidí pedir ayuda a mis familiares para que me acompañasen, concretamente a mi hermano y mi cuñada. En ese momento pude comenzar a obtener información de interés, como formas de pago y mas datos que antes ni me daban. Y lo curioso es que en mi experiencia yo notaba que en las entrevistas siempre miraban y se dirigían a mi familia en vez de a mi que era quien hacia las preguntas.

Al final, ví una promoción de viviendas que me interesaba, y como es costumbre en las grandes ciudades, como por ejemplo en el caso de Madrid pues hay que reservar y comprometerse antes de terminarse la obra y de poder ver el piso. Así que hice la reserva especificando con mucha claridad que necesitaba que la vivienda fuera adaptada para mi silla de ruedas. Es decir; con puertas mas anchas, baño adecuado con sus espacios para la silla, encimeras de la cocina adecuadas, etc...

Y la verdad; todo se desarrolló muy bien y comenzaron a tomar interés, me preguntaban las dudas que les iban surgiendo a los arquitectos para que la vivienda me quedase con todo lo que necesitaba. Y la verdad es que así fue en todo excepto en algo que a los arquitectos se les paso por alto y yo suponía por pura lógica que no tendría que tener problemas en ese sentido.

Lo cierto es que una vez que terminaron las viviendas y ya estaba en funcionamiento el ascensor y todo, de forma que ya me era posible subir a ver el piso por primera vez: Todo estaba formidable tal y como les especifiqué y tal y como ellos me fueron mostrando en sus planos.

La única pega imperdonable fue que la altura de las ventanas era tal que desde mi posición sentada en mi silla de ruedas, no me permitía ver nada porque la parte inferior de todas las ventanas me quedaba a la altura de la frente, y no es que yo sea muy pequeñita, es que el arquitecto me explicó que eran un poquito mas altas de lo común en todo el edificio para mas seguridad. Así que no puedo ver por ninguna ventana, ni llegar al manillo para abrirla y cerrarla, ni a la polea de la persiana. Solo puedo ver la calle por el mirador del salón comedor, y la verdad es que la sensación es de encierro, de falta de visibilidad, y deprime un poco porque yo nunca me puedo poner de pié.

Yo pedí a los arquitectos que si era posible bajar la altura al menos unos 15 o 20 cm, para poder ver algo mínimamente, pero me dijeron que no era sencillo porque había que modificar la fachada y que habría que pedir un permiso municipal que supondría mucho trámite y que además seria mucha obra porque habría que poner completamente nuevas todas y cada una de las ventanas con su persiana y todo, y que de eso la empresa no se hacia cargo, ya que según ellos no se lo dije en su momento y además porque no se podría haber hecho.

Yo no se si se podría haber hecho o no, pero lo que no entiendo es porque no han hecho unas ventanas normales como en todos los sitios, en las que se pueda ver la calle no solo estando en una silla de ruedas, sino también cualquier persona estando sentada. También pienso que ¿Como podría habérselo dicho antes? si yo no podía ver la obra, ni ellos me dijeron que iban a hacer unas ventanas tan poco normales, pues en mi vivienda de antes las ventanas eran normales y podía ver a través de ellas desde mi silla de ruedas. ¿Como me iba a imaginar yo semejante cosa?.

No me parece normal que cada constructor y arquitecto diseñe a su gusto en estos aspectos, sin guiarse de unas normas estandarizadas para todos y tampoco me parece normal que cuando una persona con una silla de ruedas o otra discapacidad, les dice que necesita que su vivienda sea adaptada, no sepan como hacerlo, que desconozcan las normas o quizás que ni existan tales. Todo ello me parece un desastre, no se si en otros lugares pasa igual, pero lo cierto es que al final somos los afectados los que nos quedamos con el problema para toda la vida.

Espero que escribiendo mi experiencia, alguien haga algo, que sirva para algo y que se tomen medidas y soluciones para que estas situaciones tan tristes dejen de suceder.

Anónimo - 2009.