Opinión de Proyecto social pedagógico Abedul.

Meditada reflexión sobre la subida de la edad de jubilación en España a los 67 años.

No comprendo la reciente decisión de subir la edad de jubilación de los 65 a los 67 años puesto que me parece que es una actitud contraria al progreso social y a la mejora de la calidad de vida de los seres humanos.

Hace algunos años en algunos países avanzados se redujo la jornada laboral de 40 horas semanales a 36, y la edad de jubilación de los 65 a los 60 años para facilitar por un lado la incorporación de las nuevas generaciones al mercado de trabajo, y por otro para posibilitar a todos los que llevaran muchos años cotizados poder jubilarse a los 60 años en unas buenas condiciones de salud que les permitieran unos años en su vida de tranquilidad y disfrute del tiempo de ocio para hacer con plenitud aquello que en sus años de trabajo nunca pudieron hacer, sea viajar, pescar, colaborar como voluntarios en actividades humanitarias o cualquier otro hobby favorito que cada persona tenemos y al que no podemos dedicar tiempo.

Entiendo que existan personas que por su tipo de actividad no deseen jubilarse a una edad temprana, ni incluso a los 65 ó 67 años, y creo que están en su derecho de poder continuar trabajando si así lo desean.

Pero estoy convencido de que ese no es el caso de muchas personas que trabajan en actividades duras como pueda ser el campo, la construcción, distintos sectores de la industria, etc.., para quienes continuar en un puesto de trabajo a esas edades implica un alto riesgo de que su salud les pase una dura factura tras su jubilación, “por mucho que algunos políticos se empeñen en insistir que ahora vivimos mas años y gozamos de mejor salud que en el pasado”.

Opino que en esas actividades juega un papel decisorio para la salud la edad de jubilación, y que de poder jubilarse cinco años antes de los 65 años (que hoy sería lo lógico), a hacerlo a los 67 años como se pretende, va un abismo que implica que estas personas en su mayoría se jubilarán con unas condiciones de salud muy mermadas a causa de ese sobreesfuerzo, que no solo les limitará para el disfrute de aquellas cosas que siempre desearon hacer y no pudieron, sino incluso supondrá un alto coste para la sanidad, por las precarias condiciones de salud que padecerán durante su tercera edad.

Por eso no comprendo como a estas alturas del Siglo XXI, en el que la sociedad española deberíamos avanzar hacia una mejor calidad de vida y bienestar, se lleve a cabo tal regresión social.

Ojala recapaciten todos nuestros políticos y busquen otra formula para solucionar la crisis económica y financiera que no consista en hacer retroceder el lógico progreso y evolución de los seres humanos hacia un mayor bienestar.

 

Una meditada reflexión de:
Enrique González Blanco.
Proyecto social pedagógico Abedul. 2012.

 


 

 

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